Dejar a un
cónyuge violento
Tomar la decisión de separarse nunca es fácil, ni siquiera en una relación marcada por la violencia conyugal. La separación es una fuente importante de ansiedad para las mujeres víctimas, quienes pueden sentir mucha preocupación por su seguridad y su futuro.
Las dificultades de dejar a su pareja
Hay muchas razones por las que es difícil que una mujer víctima de violencia conyugal decida marcharse:
- No quiere romper su familia;
- Teme la violencia tras la separación;
- No quiere privar a sus hijos de su padre;
- Su pareja amenaza con matarla o llevarse a sus hijos;
- Sus padres no quieren que deje a su pareja;
- El divorcio está mal visto en su comunidad;
- Teme perder la custodia de los menores;
- No tiene adónde ir…
Preparar su salida
Antes de anunciar una separación y abandonar su domicilio, es importante dedicar tiempo a prepararse para ello, para garantizar su seguridad y facilitar los pasos futuros.
Puede planificar su salida y establecer escenarios de protección, por su cuenta o con la ayuda de alguna persona cercana o de una trabajadora acompañante.
La decisión de marcharse, cómo hacerlo y cuándo hacerlo debe corresponder siempre a las mujeres afectadas.
Anuncio de la separación
Al momento de partir, la prioridad es protegerse de cualquier reacción por parte de la pareja. Lo más importante para recordar es no comunicarle la separación hasta que llegue el momento de la partida.
El lugar y la hora de salida no deben elegirse al azar. Es aconsejable salir en un lugar público, con personas amigas o familiares, o ir acompañada. También puede comunicarle su partida por teléfono o mediante un mensaje.
También aconsejamos a las mujeres que se marchan de su domicilio que desactiven la función de geolocalización de sus dispositivos electrónicos para mantener la confidencialidad de su nueva dirección y movimientos.
Tras la separación
La violencia conyugal puede continuar de muchas maneras después de la separación. Las siguientes son algunas medidas que se pueden tomar para intentar evitarla:
- Cambiar ciertos hábitos de vida y los lugares que se frecuenta;
- Utilizar zonas concurridas para desplazarse;
- Llevar siempre el teléfono móvil;
- Mantener en secreto su nueva dirección (si es posible).
Las mujeres que tengan que regresar a su antiguo hogar también pueden pedir a la policía que las acompañe para garantizar su seguridad.
Si teme por su seguridad, no dude en llamar a la policía al 911
o a SOS violencia conjugale al 514-873-9010 o al 1 800-363-9010.
Estos servicios están disponibles en todo momento.