Consecuencias de la violencia conyugal

Poco importa cómo se manifiesta, la violencia conyugal deja su huella, a veces indeleble, en la salud mental y física de las mujeres a las que afecta.

Sufrimiento emocional

La violencia conyugal altera el equilibrio psicológico y el bienestar de las mujeres víctimas. El aislamiento, la intimidación y la humillación de manera repetitiva suelen ser causa de trastornos de estrés postraumático o depresión, cuyos signos pueden ser muy variados: angustia, ansiedad o ataques de pánico, nerviosismo, irritabilidad, miedo, tristeza, desesperación, vergüenza, ira, sentimientos de impotencia, inseguridad o culpabilidad, pérdida de confianza en sí misma y de autoestima, retraimiento, desmotivación, etc.

Este malestar profundo conduce a veces a comportamientos autodestructivos (dependencia de medicación, consumo excesivo de drogas o alcohol, automutilación, intentos de suicidio, etc.).

Problemas de salud

La inestabilidad y el estrés provocados por el ciclo de violencia conyugal pueden tener numerosas repercusiones en la salud física de las mujeres víctimas: problemas digestivos o alimentarios, alergias, dolores musculares, cefaleas, problemas cutáneos, trastornos del sueño, disminución de la energía, agotamiento, daños en el sistema inmunitario, problemas menstruales, temblores, hipertensión arterial, dificultades cognitivas, etc.

Lesiones físicas

Cuando se ejerce físicamente, la violencia conyugal afecta a la integridad de las mujeres víctimas. Contusiones, dientes rotos, fracturas, quemaduras, conmociones cerebrales, hemorragias internas: algunas lesiones pueden ser extremadamente graves. A veces dejan secuelas o discapacidades permanentes, e incluso pueden provocar la muerte.

Deterioro de los vínculos con la familia y las amistades

La violencia conyugal es a menudo causa de tensiones en familias y amistades, y afecta a las relaciones sociales de las mujeres víctimas. Pueden perder la confianza y la estima de sus allegados, a veces hasta el punto de romper por completo sus vínculos.

Por vergüenza, culpabilidad, pudor, miedo, inseguridad, desconfianza o resignación, algunas mujeres pueden optar por evitar a quienes las rodean. Mudarse de casa o cambiar de trabajo como consecuencia de la situación también puede afectar gravemente su vida social.

Deterioro del vínculo afectivo con los hijos

En situaciones de violencia conyugal, los miembros de la pareja que ejercen el control asumen todo el poder en la familia, mientras que las mujeres víctimas no tienen casi ninguno. Este desequilibrio tiene un profundo efecto en los niños y adolescentes, que a menudo reaccionan rechazando la autoridad de las víctimas. Ante este desequilibrio, algunos también se sienten responsables de proteger a su madre, lo que puede representarles un peligro.

Inseguridad financiera, pobreza y exclusión social

La violencia conyugal repercute en la seguridad económica de las mujeres víctimas. Las dificultades para trabajar, la pérdida del empleo, los honorarios de abogados, los gastos de mudanza, el tratamiento médico o la hospitalización pueden resultar muy costosos. Independientemente de su estatus social de origen o de su educación, las mujeres víctimas de la violencia conyugal están especialmente expuestas a la pobreza. Algunas de ellas pueden verse completamente excluidas del mercado laboral y en la calle durante largos periodos.

Costos sociales

La violencia conyugal ejerce una gran presión sobre el sistema de solidaridad social, generando importantes costos para nuestra comunidad: el costo de los servicios de seguridad pública, de los procedimientos judiciales civiles y penales, del sistema de salud y servicios sociales, de prestaciones del seguro de empleo y la seguridad de los ingresos, etc.

Las empresas empleadoras también tienen que hacer frente a los efectos de la violencia doméstica en las víctimas: ausentismo, menor rendimiento, pérdida de talento, mayores costos de seguros colectivos, etc.

Si teme por su seguridad, no dude en llamar a la policía al 911
o a SOS violencia conjugale al 514-873-9010 o al 1 800-363-9010.
Estos servicios están disponibles en todo momento.